Esta carta te la escribo, mi querido
esposo con las ultimas fuerzas que me quedan después de tener una
pelea contigo. Recuerdo cuando te conocí, lo bueno que eras, un
hombre como pocos, según mis ojos ciegos. A pesar de tu mala actitud
no me daba cuenta de nada y me fui enamorando locamente de ti, tu me
regalaste ilusiones y me convenciste que eras con quien quería pasar
el resto de mi vida. Nos casamos y nos prometimos que estaríamos
juntos “hasta que la muerte nos separe”. Un día te enfadaste
porque tu camisa preferida no estaba planchada, me golpeaste y pensé
que yo tenia la culpa. Este maltrato fue mas continuo con la llegada
de los niños porque te molestaban con sus grito, cada vez que me
golpeabas me decías” perdóname, te quiero, no volverá a ocurrir”
y yo te creía porque te amaba y no podía dejarte. A veces tus
golpes no me dolían, fuiste cruel y yo cobarde, este se convirtió
en una rutina, tu eres el que manda y yo tu mujer y debía
obedecerte. Una noche me golpeaste como nunca en la cara, por todo
el cuerpo, casi me desvanezco , te asustaste y saliste corriendo, yo
tome fuerzas y salí a denunciarte , pero en el camino me caí y me
llevaron al hospital. Ahora llego el fin, veo a mis hijos llorar, le
han anunciado mi muerte, y lo peor es que no puedo consolarles, me pregunto ¿por que no le denuncie la primera vez que me pego?
Historia interpretada por Alicia Pérez
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